Todos los implicados en un accidente de tráfico son sometidos al test de alcohol y drogas, ya sean conductores o peatones.
Uno de los objetivos principales es detectar a los colectivos policonsumidores, aquellos conductores que se ponen al volante y que consumen habitualmente alcohol y/o drogas, ya que según el Observatorio Europeo para la Seguridad Vial (ERSO), conducir bajo los efectos del alcohol/drogas causa el 25% de todas las muertes en carretera en Europa.
Más de 84.000 conductores han dado positivo
El último estudio de prevalencia de consumo de sustancias psicoactivas elaborado por la DGT concluye que conducir después de haber consumido sustancias psicoactivas es un hecho frecuente en España, alcanzando a doce de cada cien conductores.
Esta estadística tienen su reflejo en el día a día, donde más de 84.000 conductores, en los que va de año, han dado positivo en los controles de alcohol y drogas que los agentes de Tráfico han realizado en vías interurbanas. A estas cifras hay que sumar la de los controles que realizan las distintas policías locales y autonómicas en su ámbito de actuación.
Efectos de drogas y alcohol en la conducción
Según la memoria anual del Instituto Nacional de Toxicología, el 39,09% de los conductores fallecidos y analizados (614) por dicho organismo tenían presencia en sangre de alcohol, drogas o psicofármacos. En el caso de los peatones analizados (173), este porcentaje asciende al 40%.
El consumo de estas sustancias solas o combinadas producen alteraciones en los individuos (sensación de euforia, alteraciones de la percepción, somnolencia, fatiga, alucinaciones, mareos, visión borrosa, alteración de los colores, agresividad…) que afectan directamente a la conducción y que dar lugar a errores como detenerse en el carril sin causa justificada, no guardar la distancia de seguridad, realizar giros excesivamente amplios, circular por el carril contrario, conducir de forma errática, efectuar adelantamientos antirreglamentarios, velocidad excesiva…
Las alteraciones que producen las drogas en la conducción
El alcohol, por su parte, es absorbido rápidamente en sangre y afecta al cuerpo de diferentes maneras tales como reacciones y movmientos más lentos; problemas de coordinación, dificultades de concentración, incremento de la somnolencia…
Las sanciones
La normativa establece que para conductores que den una tasa de alcohol entre 0,25 y 050, mg/l, la sanción es de 500 euros y la pérdida de 4 puntos. Cuando se trata de conductores reincidentes, es decir, que ya hubieran sido sancionados en el año inmediatamente anterior por dar positivo en alcohol, la sanción es de 1.000 euros y la pérdida de 6 puntos. Estas mismas sanciones son aplicadas a los conductores que son denunciados por circular con más de 0,50 mg/l de alcohol en aire espirado.
En el caso de las drogas, la ley prohíbe conducir con presencia de drogas en el organismo, quedando excluidas las sustancias que se utilicen bajo prescripción facultativa y con finalidad terapéutica. Esta infracción, catalogada como muy grave, está castigada con una sanción de 1.000 euros y la retirada de 6 puntos. Además de la sanción administrativa, el Código Penal recoge en su capítulo IV los delitos contra la seguridad del tráfico, entre los que se incluye la conducción con exceso de alcohol o bajo la influencia de drogas, cuyas penas van de 3 a 6 meses de prisión, o multas de 6 a 12 meses de trabajos en beneficio de la comunidad, y privación del derecho a conducir de 1 a 4 años.
La negativa a someterse a las pruebas se considera un delito y esta penada con prisión de 6 meses a 1 año y privación del derecho a conducir de 1 a 4 años.
No olvides
- Ponerse al volante tras haber ingerido alcohol/drogas supone multiplicar el riesgo de sufrir o provocar un accidente.
- El consumo de alcohol y drogas no solo está relacionado con una mayor accidentalidad, sino también con una mayor mortalidad.
- El consumo de estas sustancias provoca: reacciones lentas, falsa sensación de seguridad, mareos, visión borrosa, menor concentración, agresividad…
- Ser consecuente y tratar de impedir que otra persona que haya bebido o consumido drogas ilegales coja el vehículo.
- El peatón, al ser el usuario más débil de la vía, necesita también estar en pleno uso de sus facultades físicas y mentales para no correr riesgos.
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